Crecí bajo un sistema donde todo parecía ya escrito, donde la estructura era rígida y el camino estaba marcado. Eso solo me hizo querer escapar, buscar lo genuino, lo que realmente mueve. Busco mi propia voz en un mundo donde todos forman parte de un sistema de tendencias, de uniformidad. No encuentro la felicidad en los lugares donde otros sí la encuentran, sino en los espacios que pasan desapercibidos para quienes viven dentro del sistema. Encuentro mi felicidad en la música, el arte y el cine. En la forma en que las personas se expresan y son únicas, ven lo que no se dice, en lo que se siente. Para mi, Bombita no es solo eventos o galería: es un acto de resistencia, un espacio donde todo el que entre se sienta visto, aunque sea solo un poco.